HOY: Los modelos vigentes


(EXTERIOR, MEDIODÍA, MENSAJE DE TEXTO)

YO:-¿Y qué te contás? ¿Preparando la tesis? ¿la exposición de fotos? ¿cosiendo ropa interior?
MARINA*- ¡Sangre & Perritos! *falta algún texto*CTI*
Y.: (Piensa que Marina ha producido fotos shockeantes que incluyen los tópicos “sangre” y “perritos” y se pregunta cuál será la motivación artística del asunto) -¿QUÉ?
M.:-¡No te conté! Ahora trabajo en una veterinaria, hay cesárea de doberman: SANGRE & PERRITOS. Mañana eutanasia afgano, lástima, hablamos!




Bien. Lo reconozco. He oficiado recientemente de modelo de soirée//cocktail, a cambio del viático, media porción de chaw-fan y tres empanadas de carne con arvejas. El resultado es esta maravilla que decidí bautizar como Mis Quince Minutos de Escote en Internet.
Si sirve de excusa o explicación, mis empleos anteriores fueron moza, extra para publicidades rusas, redactora, heladera, vendedora ambulante de vino, recepcionista, secretaria de astróloga, tipeadora de tesis médicas, ama de casa, rentista y desgrabadora para la producción de un reality de quinceañeras.
(…)
Ahora que lo pienso, creo que ya tengo un prontuario de ocupaciones suficientemente estrambóticas como para dedicarme a escribir y dejarme de embromar. Si pudiera también sería grumete, o conde, como los novelistas del siglo XIX. Quedaría la mar de bien en la solapa de una publicación, ¿verdad? Pero no estamos en esa hora de los tiempos, no.
(…)
Terminada la sesión fotográfica retorné a mi hogar para enfrentarme con la huelga de cloacas que lleva más de una semana sin solución. (La cobertura completa del conflicto seguirá en los próximos posts con toda la parcialidad del caso, ya que esta cronista es la patronal y, por ende, tiene la sartén por el mango. Todavía no se dictó la conciliación obligatoria y estamos en paritarias; es un gremio más fuerte que la mierda.) Aún con las pestañas cien por ciento más arqueadas y definidas, abrí la rejilla y empecé a sacar porquerías estancadas. En fin. De top model a fontanera en menos de dos horas. Propongo y lo sostengo: la multiplicidad de roles de la mujer moderna no es ninguna panacea.
El comentado diálogo mensajístico con mi amiga es una clara ilustración de esta postura. Imaginemos a una promotora de Direct Tv + una licenciada en artes visuales + una secretaria de veterinario + una productora de indumentaria. Seguramente es difícil convivir con ellas, sobre todo si están todas adentro del mismo cuerpo en una misma persona, cual cuatrininidad santísima sin paloma.
El modelo femenino actual es demasiado exigente. Una tiene que –primero- ser lo que quiere ser, pero también lo que debe ser, y sumado a eso, lo que necesita ser, más lo que puede ser, para que todos los días pueda ser que una gane lo necesario para poder seguir siendo. Esto crea conflictos; por ejemplo, mi yo-modelo y mi yo-fontanera se estuvieron tirando de las mechas toda la tarde, hasta que llegó el yo-secretaria de astróloga con su bagaje de paz zen. Digan lo que digan, a mí me parece que nuestro Norte* es la esquizofrenia.



(*) Marina es el seudónimo que adopta el alter ego de la falsa María Natalia cuando realiza tareas que no le competen a una artista plástica, como ser reparar calcetines.
(*) Norte es el supermercado donde Marina trabajaba antes; unos holandeses que lo compraron le cambiaron el nombre y nos ahorraron la tarea.

HOY: Las diferencias ideológicas


(INTERIOR, AQUELLA TARDE DE ELECCIONES, DEPARTAMENTO DE PRISCILA*)

YO: (Recién llegada, desempaca una lata de duraznos) -¿Y? ¿Quién ganó? (Manotea torpemente pochoclo de un plato y se escalda con el caramelo caliente. Entre sus dos compañeros percibe un aroma a bronca fracturante de amistades y aguarda la novedad.)
PRISCILA: - Gana Macri, y yo casi-casi lo voto.
NACHO*: - Y yo casi-casi te retiro el saludo.


Por suerte Priscila había perdido el documento y no pudo ir a votar, y ya no está a favor de Macri. De hecho ahora está en contra de él, de Uribe, de Churchill, del Almirante Rojas, de Kruschev, de Berlusconi y del Capitán América. Muchos de ellos ya no están entre nosotros, pero eso no es molestia; el revisionismo histórico nos ha demostrado que nunca es demasiado tarde para andar enemistándose con figuras públicas. De todas formas, eso nos importa un pimiento, porque las diferencias ideológicas ya no son lo que eran.
La posmodernidad nos ha hecho el gran favor de fragmentar la sociedad, atomizar los lazos solidarios tradicionales, emburbujar a los individuos y customizar los movimientos políticos. Y entonces ¡voilá!: los que quieren un cambio, votan a Mauricio, rompiéndole, por tanto, las piernas a la Lógica. Administrar el Estado cual si fuese un eficiente consorcio del barrio de Belgrano es ser…¡pro!. Que esté todo bien limpito, bien iluminado, con muchos policías, eso es todo lo que cuenta, e insisto de nuevo, con entonación de propaganda de shampoo: ¡es tan pro!
El Partido por la Legalización y Despenalización del Cannabis, y el Partido Antitaurino Español también son dos grandes ejemplos de partidos de diseño. (Próximamente en la vidriera de www.holaholahelecho.blogspot.com) Te los probás y te quedan bien, por ende vas y los votás, cuando gobiernan prohíben las corridas de toros, y listo. Su misión patriótica habrá llegado a destino. ¡Es tan fácil ser ciudadano!
Hay partidos de lo que uno quiera, incluso para los que no quieren partidos ni gobierno, ni Dios ni patria ni patrón. En lo que va del siglo, hasta los anarquistas se nos han aburguesado. Con lo pintorescos que eran. Y además, de nuevo el punk está de moda en la alta costura, y sale carísimo. Ya no hay diferencia entre hippies y yuppies; fuman lo mismo, leen idénticos libros de autoayuda, siguen la dieta no-cárnica por el mismísimo porque sí. Los piquetes se hacen en Recoleta y Barrio Norte; Mariana Nannis usa gorras del Che, etcétera. Se ve que en el estomaguito del sistema queda lugar todavía para muchas y sabrosas oposiciones, contrahegemonías y contestatariedades varias. ¡Bon appétit, Monsieur Système!
Siglo XXI cambalache, posmoderno y senil, cantaría el tango si existiera. (Decimos senil por no decir gagá, porque ya no está de moda la palabra). Tetas de plástico que se encarecen cuando son más “naturales”, señoras que “se cuidan” tomando edulcorantes cancerígenos, concursos para quinceañeras donde el premio es una cirugía de nariz. Todo está bien revuelto y no se puede separar la cizaña del trigo porque los transgenizaron a los dos entre sí. Y como vemos, Vladimir Ilich Ulianov, el vanguardista del proletariado, el “hombre del pueblo” -Lenin para los camaradas- sí: ahora Lenin es DJ.


(*) Priscila es el nombre falso que debo usar para no escrachar a la que casi-casi vota a Macri.
(*) Nacho no existe pero igual le cambiamos el nombre para preservar su identidad.

Las cosas odiosas de la vida -Parte I-

(INTERIOR, ATARDECER, UNA COCINA FAMILIAR QUE NO RECUERDO BIEN)

MAMÁ*:-¡Mirá qué propaganda más pava!
YO: -De veras. (Muerde una colita de medialuna de grasa) Y se parece mucho a las de ahora. Qué lo tiró. El mundo no mejoró nada en medio siglo.
M:-¡Cómo que no! ¡Si nacimos nosotras!



Antes que nada debo aclarar que este escrito es la Primera Parte del tema, pero no está pensada la segunda. Sin embargo, mi pesimismo crónico me habilita a creer que se podrán completar varias secuelas que hablen de cosas odiosas. La vida corriente es una prolífica viña de ellas.
Además de las publicidades machistas e incoherentes -que, como podemos ver, existían desde los años ´60-, los chistes de González Oro, los anuncios de dentífrico y los tatuajes de duendes futbolistas…nuestra provisoria lista del día de hoy se acrecentará con ¡EL TIPO QUE HABLA DE VINOS POR RADIO KABUL!
Más allá de que Kabul no es mi favorita, es una de las cinco que se pueden escuchar en nuestro búnker (es decir, la cocina). Las otras son: Radio Villa Urquiza; Radio Federal; Radio 2x4 y una radio judía con canciones pop en idisch de la que no entiendo demasiado.
A eso de las veintidós treinta comienza a darle aburrimiento al micrófono un pedante señor de voz monocorde, explicándonos todas y cada una de las ventajas del moscatel, el por qué está de moda el merlot y él no coincide, con qué queso se acompaña un suave varietal de los Andes y cómo y cuándo se elabora el sake.

Ahora bien, yo NO vivo en Palermo Hollywood ni en sus barrios acólitos, ingiero polenta, empanadas, tomo cerveza y quiero escuchar música mientras pelo papas o picoteo restos de pastafrola, así que, señor, con el debido respeto, su elucubrada disgresión me importa un reverendo POMO; cállese esas finuras y deje escuchar a alguna banda de inglesitos ojisclaros que tocan la guitarrita porque les duele la vida, caramba.
Como no creo que el Sr. Enólogo del Rock lea esta ignota página, seguiré cambiando el dial para sucumbir a Radio Federal. Luego de escucharla cinco meses arribé al asombro de que es la radio de…(zan...zan…) ¡¡¡LA POLICÍA FEDERAL!!! Es el 93.7.
Gracias a este medio de comunicación curiosamente alternativo, podemos inferir que nuestros agentes del orden son tiernos, nostálgicos, ochentosos y en sumo edulcorados. De hecho, la lista de temas suele incluir:
-Tres versiones de “Perhaps”, “Lolly Pop”, “My Way” y “We want candy”, todas ellas anteriores a 1986.
-Los más gloriosos hits de Village People, Abba, Cher, Azúcar Moreno, Ricky Martin y Chayanne.
-Lentos de Twiggy, R.E.M., Marcela Morelo, Roxette, Los Plateros, Whitney Houston y Chayanne.
-Música de películas viejas: la de Volver al Futuro, la de Ghost, la de los Cazafantasmas, la de Casablanca, la de El Mundo según Wayne y la de Baila Conmigo, de Chayanne.

Mientras el de los vinos siga donde está, continuaré sumándome a la alegría federal: ¡Vivan las gorras! ¡y las pizzas! ¡Y viva CHAYANNE!

(*) Mamá es mi mamá y no hay necesidad de cambiarle el nombre porque madre hay una sola.