HOY: El epílogo de una crónica anunciada

(INTERIOR, ÚLTIMA NOCHE DEL VIAJE, CABAÑA)

ARTEZÁNGANO CUASICUARENTÓN, BRONCEADO, RUBIO Y PELILARGO: -(Con sombrero de ala ancha y pantalón ajustado, en cueros de la cintura para arriba. Lleva chaleco de piel y collar con restos óseos símil plástico.) Hola, ¿está Violeta*?
YO: -(Lo mira fijo. Muerde una naranja con cara de pocos amigos.) Perá que la llamo.
Y.: -(Voltea al interior de la vivienda) ¡Viole! ¿Salís a jugar? Te busca Cocodrilo-Dundee.


Haber postergado tanto este post me sugirió que debería retomar mi escrito sobre las postergaciones, pero lo dejo para más adelante. En realidad debo reconocer que dudé mucho en poner como cabecera el diálogo con Cocodrilo. Hay uno mejor, que se dio durante el trayecto de diez kilómetros post-plantón en la ruta.
Como el tanque de gasoil no chupaba gas o algo así, se decidió que lo mejor era levantarlo. Así que lo sacaron de su cómodo lugar diseñado por ingenieros y lo subieron hasta donde va el pasaje. Lo ataron con alambre al perfil que separaba dos ventanas, y ¡voilá! Chupó gas nomás. El problema es que alguien debía sostenerlo desde adentro, porque sino se nos caía en pleno viaje. De más está decir que a esa altura, los muchachos del fernet, habiendo probado gasoil de una manguera, estaban desinhibidos y nada los incomodaba. De esa estirpe de ilustres hombres salió un voluntario para llevar tan preciosa carga.

(INTERIOR DEL COLECTIVO EN MOVIMIENTO, ANOCHECER, TERCERA FILA)

MARÍA NATALIA*: Pili…
YO: (Echada en un asiento color ratón con estampado ochentoso) ¿Sí?
M.N.: (Dubitativa, achicando los ojos y mirando atrás apoyada en el respaldo) El tipo que lleva el tanque con el gasoil a upa…
Y.: (Se lima las uñas con una piedra) Ajá…
M.N.: ¿¡ESTÁ FUMANDO?!
Y.: (Se incorpora electrizada y gesticula como taxista bocineado desde el carril izquierdo) EHHEEE, ¡¡FLACO!! ¡EL PUCHO, EL TANQUE!

Sí. En situaciones tensas abandono toda sintaxis y hago economía verbal limitándome a sustantivos comunes.



Y el flaco que llevaba el combustible se asustó y tiró el pucho por la ventanita más cercana. El viento y las leyes de la aerodinámica se encargaron de que la colilla volara para atrás…rebotando sobre el tanque de gasoil que en verdad era kerosene. Por más que mi papá me haya dicho que no es tan inflamable, yo me pregunto…cuando las madres en los noticieros hablan de los riesgos que corre la juventud y nombran a los cibers, ¿sabrán que existe algo llamado Gallardo Viajes Co.?
De todas formas no pudimos asustarnos mucho porque un ruido seco y notorio nos distrajo e interrumpió la ya accidentada marcha: se nos voló la puerta levadiza del portaequipajes. La misma estaba levada en vez de cerrada, porque sino se estrangulaba la manguerita amarilla por la que al motor le llegaba el kerosene aguado cual suero vital. Hubo que parar y buscarla, y también llevarla con los pasajeros, claro. Yo no sé cómo a Gallardo no se le ocurrió subir las cubiertas también, y agujerear el fondo de la unidad, y que corramos a lo Picapiedra. Por lo pronto hubiéramos tardado menos en llegar.
La conversación de Violeta* y Cocodrilo Dundee junto a una cuneta con la grata compañía de una botella de vodka permanece en secreto. No sabemos qué se dijeron, sólo los perdimos de vista. Un artezángano apodado “el Mago” no fue tan sagaz, y permitió que todos escucháramos lo que tenía para mentir. Lo de su casamiento en Chile, su hijo, su divorcio y su detección de un cáncer ya eran sucesos que daban letra para más o menos tres cuartas partes de una vida normal, si a eso le sumamos su viaje para encontrar el más allá, y que sólo tenía 22 años…había algo con los tiempos que no nos cerraba, pero a Lulú* igual le gustó. Y se fueron a pasear por los cerros. Horas más tarde volvió Violeta de las cercanías del río, pisando pies e hígados en bolsacama. Alguien se despertó y le preguntó por qué estaba empapada, a lo que ella respondió que “acá a tres cuadras, llovió”. ¿Comentarios? Al margen.



(*) Violeta es el nombre falso de la chica que volvió escandalizada el día que un artezángano parecido al líder del grupo Sombras la invitó formalmente a pasar la noche. ¿Con Cocodrilo habrá tenido los mismos reparos? Y eso que no era de los románticos que te hacían un garabato en alambre y te recomendaban “regar esta flor de alpaca todos los días con una sonrisa”
(*) María Natalia es el nombre falso de mi amiga que siempre está percibiendo desgracias en su presente inmediato o en un futuro cercano; a su paso estallan taxis, se caen puertas y mueren gentes. Es como una Casandra del siglo XXI.
(*) Lulú es el nombre falso de la menor que salió con el Mago divorciado; tiempo después se cansaron de que les cantaran “La marca de la gorra” siempre que los veían juntos.

4 comentarios:

cacta dijo...

.

juaaaaaaaaaaaaaaaaa! no me acordaba lo del kerosene y el cigarrillo!!!

por diossssssss! pero si la guadaña a mi me tiene de mejor amiga!!!

Un helecho que dice la verdad dijo...

"MAY THE DEATH BE WITH YOU..."

:...
:...

Fernando dijo...

Madre mía.... gasolina y cigarrillos.

Y el tipo vestido más prieto que los tornillos de un submarino....

Horreur!!!!

Un helecho que dice la verdad dijo...

Che, menos mal que Cacta siempre está para testificar todo lo que digo.
En ocasiones siento que mi credibilidad pende de un hilo.