HOY: Los desplantes

(EXTERIOR, NOCHE VERANIEGA DE SÁBADO, CABILDO Y JURAMENTO)

YO:
(De minifalda, sandalias de golfa californiana, remera de moda, cartera llamativa avistable a una distancia de tres kilómetros con neblinas, maquillaje cuya aplicación demora cuarenta minutos y flequillo con suficientes productos químicos como para no pasar un antidoping en Holanda. Accesorios al tono.)
YO: (Voz en off) ¿Y si me cruzo a “A todo pancho” y saco un doble con jalapeños? (…) y una cerveza, seguirá la promo del porrón, pero a ver si justo viene este salame y no estoy (…) qué cazzo estará haciendo será posible (…) má yo me cruzo igual. (…)No. Momento. ¿y si viene? (…) ¿Y si no adelantó el reloj con el cambio de hora? ¿Eh? ¿Y si le pasó algo? ¿Y si lo asaltaron? ¿Y si lo agarró un piquete? ¿Y si lo agarró un piquete y lo asaltaron y le pasó algo y encima no adelantó el reloj? (…) (…) (…) (…) Bue, cuento hasta cincuenta y si no vino me compro el pancho, uno, dos, tres, cuatro, o mejor garrapiñada, cinco, seis, hay de almendras, siete, ocho, nueve, igual no me gusta la de almendras, diez, once, doce, y siempre es puro maní encima, trece, catorce, quince, dieci…
MUCHACHO IMBERBE DE BERMUDAS CUADRILLÉ: -Disculpame, ¿vos sos Camila?
YO: -No, no.
M.I.D.B.C.: - Ah…
-Diez minutos después-
M.I.D.B.C.: -Y decime, ¿no querés ser Camila por un rato?


Lo bueno de cuando me dejan plantada es que siempre que pasó fue en mi casa, y la intimidad hogareña permite disimular con más altura la humillación. Por suerte, porque estar parada más de una hora en la esquina donde ocurren sucesos como el ya descrito, y con carteras como la de la foto, no es para los débiles de espíritu, se los aseguro.
La sensación de que a una la están dejando de seña equivale a un proceso que describiré con esta alegoría: primero sos la frutilla del postre (llamativa, embadurnada con cremas y aderezos, sacada del freezer en que has vivido últimamente, etcétera); luego pasás a ser una sandía al costado de la ruta.
Sin embargo, hay situaciones peores aún: cuando no hay hora ni lugar para que te dejen cual fruta ofertada en cajones de dos por cinco. Nos estamos refiriendo a los desplantes y citas que jamás se pactaron. Es cuando un sábado a la noche estás más sola que el Llanero Solitario, con la diferencia de que no tenés caballo que te haga compañía ni balas de plata para matarte con elegancia. (O para revenderlas en Once a buen precio).
No quiere decir que yo no tenga amigas. Pero una está cansada porque trabaja, la otra en las afueras, la tercera se fue de vacaciones, otro preguntó la dirección de una rotisería china del Abasto y no volvió a dar señales de vida (igual vamos a suponer que ya es grande y sabe cuidarse solo), otra vive en Córdoba. Con María Natalia (*) te enganchás por el msn y te da para estar hablando dos días, pero está a treintidós piquetes chacareros de distancia, y así con todas. El caso extremo es mi amigo Nacho (*), que cuando le pregunto qué hace, me dice que va a leer apuntes de Semiótica. Aunque hayamos empezado las clases hace una semana. Aunque sea sábado a la noche.
Ese es el problema de tener amigos estudiosos y responsables: una se siente incomprendida en su jaraneo y atolondre, aunque no tenga derecho a ello. A modo de ejemplo -él nunca llega tarde a clases, yo siempre- citaré la vez en que habiendo bajado del mismo colectivo, él entró al aula diez minutos antes que yo, lapso que no sé en qué habré invertido, tal vez hacer pis. En realidad yo creo que Nacho me está haciendo el vacío porque siempre le gano a las cartas, y como tiene la Luna en Aries, le molesta y dice que soy una yegua. Lo que no observa es que, en virtud de la Ley de la Compensación, yo tengo suerte en el chin-chón porque no tengo un comodín en el amor, válgame mi estado de llanura social de los sábados.
Todos te dicen “bueno, no pases bola, sacudite la mufa y listo” y entonces yo sacudo y sacudo al celular a ver si se le cae algún mensaje. Y no, no le cae nada. Y es la hora en que ya no te queda otra, más que poner roncanrol y tomar cerveza. Lo malo es que enseguida te sentís un detective neoyorkino, de esos que sólo miran escenas del crimen y beben, solitarios, en su apartamento de cortina americana que trasluce neones. Encima me di cuenta de que a mi reloj cu-cú no le gusta el disco de AC/DC, porque siempre deja de andar cuando lo oye. En fin, paradójicamente, por lo visto, mi cucú es otro más que no me da ni la hora.

(*) María Natalia es el nombre irreal de una real amiga.

(*) Nacho es un real amigo que nunca me lee, pero basta con que vea esto que escribí para que piense que es él y se enoje, por eso guardo su verdadera identidad.

HOY: Los gastos de las Pascuas

(INTERIOR, SÁBADO DE GLORIA, CASA DE PRISCILA*)

PRISCILA:-Sí, ahora a mi otra hermana le dio por la religión, no sabés todos los santos que hay en casa, algunos te miran y todo.
YO:-…
HORTENSIA* -¿Y a vos qué te molesta?
P:-Que soy atea y hay santos por todos lados, ¡mirá esa Virgen en el teléfono, cómo te mira!
H:-Es verdad. Igual a mí también me pasa, prendo velas a la noche y me compré una Biblia.
P:-Pero Hortensia, ¿para qué querés otra? Si yo tengo una y no la uso. (Porque Priscila es atea)
H:-No, pasa que la que yo me compré es una Biblia actualizada.


Muchos hablan del estrés de la Navidad, del consumismo de la Nochebuena, de los gastos que acarrea el hecho de festejarla, de cómo afecta al hígado tanto chupi y brindis. Pero, ¿y las Pascuas? ¿Acaso la Pascua está en orden?
Las Pascuas son elitistas, sólo admiten pescado, gallinas y liebres. Nada de otros animales. Nada de renos. Yo creo que eso ayuda mucho a completar el horario de los noticieros, que ya prevén veinte minutos por emisión a las notas acerca de cómo aumentó el pescado este año, y lo imposibles que están los huevitos de chocolate. Respecto a esta golosina, la opinión generalizada es que “es un robo y se pasan, no te trae nada” (sic) pero sin embargo comentan eso luego de haberlos comprado. Es como con “Gran Hermano”, que lo normal es decir “yo no entiendo cómo pasan eso en televisión” (sic) pero saben a quién nominaron últimamente, quién se fue, qué canción bailable puso de moda el programa, a cuál de las chicas la publican en Maxim y qué muchacho lloró en el confesionario. Y sino, se apuran a enterarse, pero como quien no quiere la cosa, así, disimuladamente. Para mí que estas personas son de lo más fallutas.
Sacando las velas, las Biblias actualizadas, el Pentateuco remixado y la mar en coche, aún quedan gastos cuantiosos en estas fiestas pascuenses. Comer pescado, por ejemplo. ¿Se imaginan cómo afecta al presupuesto medio familiar tener que comer sushi todos los viernes, cual personaje de “La Lola”? Hay gente que come liebre a la parrilla, el domingo, para zafar del sushiman. Y es cara. Uno se pregunta las razones que tiene la gente para comprarla. Si con un pollo estamos, ¿por qué correr la coneja? Se dice por ahí que en realidad es una venganza subconsciente tramada por los jefes de familia. Dichos mártires soportaron en los supermercados a multitudes de conejos-promotores que les vendían huevos sin sorpresa, o huevos rotos, o con confites de anís en vez de roclets; en fin, es lógico que quieran vengarse de esos oportunistas enmascarados que les daban gato por liebre.
Algunos abrigan la tesis de que en realidad los huevos de pascuas no se compran, se trata de un trueque o intercambio, porque comprarlos te cuesta uno. Yo -hasta hace relativamente poco- creía que los de chocolate los repartía la Liebre de Pascuas, y me la imaginaba como una traficante mayorista de estos artículos de lujo. Como buena asidua del cliché, la suponía usando batas de raso rojo, bebiendo escocés etiqueta negra y escuchando a George Michael con dos conejitas Playboy en la falda. Ahora sé que a quien llaman “la Liebre”, es en verdad el dueño de Bonafide.

(*) Priscila es el nombre falso de esa amiga que siempre me lee y que sólo por eso -y otras grandes muestras de amistad- le preservo la identidad.
(*) Hortensia es un buen nombre falso que sirve para reemplazar al que tiene una hermana verdadera de la falsa Priscila.

HOY: Los opuestos

(EXTERIOR, MADRUGADA, “PALERMO HOLLYWOOD”)

PAULA*: -¿Y ahora vos qué te tomás?
YO: -El 108…
P.: (Un ojo se le llena de conmiseración y el otro de lástima) –Uy, ¡pobre!


El colectivo 108 y el colectivo 105; o la historia de Caín y Abel: Quiso el destino que almas tan disímiles fueran paridas por la misma empresa. En todo similares físicamente, azules y blancos con firuletes rojos, carrocería El Detalle, comparten tres paradas sobre la calle en que vivo. Sin embargo, estas dos criaturas no podrían ser espiritualmente más antagónicas.

ALAS & AUREOLAS:


El 105 pasará, parará, te abrirá la puerta y seguirá aunque llueva, truene o NIEVE (tenemos videos que lo atestiguan).
El 105 es el elegido del Señor: tiene LOS OJOS DEL CIELO (www.bondi.com.ar)
El 105 viene enseguida si alguien de la fila sólo saca un cigarrillo de su atado.
En el 105 los vendedores ambulantes visten con chaquetas de nobuk a lo más Cocodrilo Dundee y venden linternas sin pilas más baratas que en los remanentes de aduana, en invierno ofrecen Hamlets con fecha de vencimiento en término y a sólo dos pesos; los vendedores del 105 son gente honesta y oportuna que te dejará gratis una sonrisa y una enseñanza de vida.
El 105 permitirá tu ascenso aunque lleves un respaldar de cama en cuerina naranja de más de 2mt. encontrado en la calle.
El 105 cuenta con choferes que en sus ratos libres corren Fórmula Uno en pistas europeas y salen con modelos.
El 105 pondrá música bajita para contrastar el estado de ánimo de la ciudad, por lo general blues. El 105 va al Luna Park. Va al cine más barato de la ciudad. Va a Once y pasa por “A todo ponele salsa”. Va a la casa de Andrea*.
El 105 parará donde le pidas y además ¡esperará a que bajes para arrancar!
Y por último -mas no por eso un detalle poco notable- en el 105 los bebés nunca lloran.


TRIDENTES & COLAS:

El 108 no pasa si juega River. El 108 no pasa si juega Boca. El 108 no pasa si juega Huracán sin público por orden judicial. El 108 no pasa si juega Argentina sub-17. El 108 no pasa si cae la bolsa o sube el dólar. El 108 no pasa si aumenta el gasoil, o si baja. El 108 no pasa si los subtes no lo hacen también. El 108 no pasa si llueve o hace calor. El 108 no pasa si no anda el radar de Aeroparque. El 108 no pasa si baila Nazarena Vélez.
En el 108, todos los choferes deben vender su alma al diablo para ser contratados.
El 108 no deja subir vendedores ambulantes, los arrolla primero.
El 108 evitará frenar aunque estés en la parada señalada, aunque sean las tres de la mañana, aunque no tenga rota la máquina, aunque vaya vacío, aunque estés de pollera, aunque hayas visto pasar tres 108 recién que no pudiste alcanzar, aunque estés en la parada de Roseti y Lacroze. (Si no la conocés, mejor no la conozcás.) (Puede ser lo último que conozcas en tu vida.)
El 108 no se detendrá ante nada. Ni ante viejitos, ni ante perritos, ni ante gatitos, ni ante gatitos viejitos, ni ante pollitos amarillos detrás de su mamá.
El 108 tiene máquinas que te comen las monedas y te escupen todas las de cincuenta centavos aunque no sean falsas. Por joder, nomás.
El 108 cuenta con el mayor número de unidades cuyo piso tiene altos índices de V/A (Vómito per Asiento). Falta dilucidar si es a causa de las múltiples volteretas de su recorrido o a la voluntad de los pasajeros de emitir su opinión sobre el funcionamiento de esta línea.
El 108 dejará desangelados tus oídos con una radio por la que se oye con descarga a Luis Miguel, Fey, Christian Castro y el tema “Coco Jambo”. Siempre.
El 108 intentará registrar un récord de velocidad en el paso a nivel de Chivilcoy y Asunción. (Por ahí pasó una vez un rubio en su jeep. Se le partió el eje, se empantanó y casi lo pisa el tren. Cuando finalmente pudo cruzar, encendió un Camel)
El 108 en su recorrido tratará de agarrar las más congestionadas arterias de nuestra Capital y se las ingeniará también para pasar por todos los barrios donde se venden al menudeo granadas de mano, órganos y fusiles FAL.
El 108 no vendrá así decidas tentarlo encendiendo una caja de habanos importados.
El 108 acelerará si subís y vas de tacos, si tenés más de sesenta años o menos de tres, si llevás bastón/muletas/gaseosa/niños/canasta con verduras.
El 108 te recordará en su avance a la fábula de la liebre y la tortuga, y a lo que decía el filósofo Zenón de Elea acerca de la inexistencia del movimiento.
El 108 pasa por Palermo Hollywood. Y también por los dos cementerios más grandes y tenebrosos de toda la ciudad. Y cerca de la Cárcel de Devoto. Y por la ex Cárcel Las Heras. Y por el Círculo Militar. Y por fábricas abandonadas. Y a cinco cuadras de las tétricas ruinas del antiguo Ital-Park.
El 108 fomenta concursos internos para ver qué coche levanta más borrachos agresivos contra otros pasajeros en la puerta de Metrópolis y Xel-Há. Arribados a la terminal organizan riñas clandestinas entre los ebrios, azuzándolos; algunos llegan a ser célebres y ya no les cobran pasaje.

(*) Paula en realidad no es amiga sino compañera de facultad, y no conozco a ninguna que se llame así, aunque en Comunicación seamos seis mil según el último censo de estudiantes.
(*) Andrea vive con una Paula que sí se llama Paula pero que no sabe que a su compañera de cuarto le decimos Andrea en este blog.

HOY: Las excusas

(INTERIOR, MEDIODÍA, CASA DE LA TÍA SILVANA*)

TÍA SILVANA: -¡Alfredo! ¡Por fin aparecés! ¿Tu vuelo no llegaba a las tres de la mañana?
TÍO ALFREDO*: -Eh...sí, mi amor, pero tardamos porque se le pinchó una rueda al avión.



Qué mejor que hablar de las excusas excusándome. Me excuso porque esto es una excusa para hablar de un nuevo escapismo, que me viene como pulsera a la muñeca para excusarme de trabajar, estudiar, ser responsable, buscar una foto pertinente para esto que escribo. Sí. A los arreglos eléctricos y al Torneo Clausura se les han sumado Las Películas de Acción de Telefé.
Los sábados, por suerte, sigue existiendo algo así como los Sábados de Súper Acción que daban en Canal 11 cuando era chica, que ya eran una reedición de los otros Sábados de Súper Acción de cuando mi papá era joven. Lo malo es que las de Indiana Jones ya no las pasan más, ponen solamente de actores poco famosos, como Vin Diesel, o medio viejos y ya con panza como Van Damme y Steven Seagal, o de negros, o de chinos; se ve que para Hollywood ser negro o chino también es estar un poco devaluado.
Todas estas películas pueden clasificarse en tres grandes áreas:
1) Gente contra vampiros
2) Gente contra robots
3) Gente contra inmigrantes ilegales potenciales o en acto
Dentro de esta última hay toda una serie de subcategorías, como ser: Chinos Con Armas Nucleares Y Camisas De Seda Negra; Sudamericanos Que Narcotrafican Y Admiran a Fidel Castro; Soviéticos Rapados Y Bigotudos Que Hablan Con Acento Y Prostitutas; y, entre otras, Negros Con Selva Atrás.
Al principio pensé también en la categoría “Gente contra extraterrestres”, pero sorpresivamente no hallé casi ninguna. Las pocas que hubo se prestaban a la confusión, ya que eran extraterrestres-vampiros o extraterrestres-robots o extraterrestres que venían del desierto de México; por tanto podían incluirse en las tres tipologías ya descriptas sin demasiado problema. En cuanto a “Gente contra zombies” consideraré que un zombie es en esencia lo mismo que un vampiro, por su compartido status muerto/vivo. De todas formas hay argumentos que escapan a mi intento de clasificación, como la de los extraterrestres malvados que intentan dominar el mundo poniendo huevos en los subtes de Nueva York, comandados por Rasputín (¿?), al quien sólo puede detener “el Diablo”, convocado de apuro por el FBI…en fin.
Como afirman varios autores que desearía plagiar, la masiva industria cultural hollywoodense tiende a la homogeneización y repetición de esquemas, la producción en serie borrando toda marca de autor, la maximización de beneficios, la apuesta exclusiva a las fórmulas exitosas pretesteadas en el mercado y varios otros pecados mortales. De resultas que con cuatro ítems combinados, las compañías producen incontables guiones, cual fractal de protector de pantalla. Así veremos estrenos de gente contra vampiros-piratas, ninjas-vampiros, extraterrestres-piratas, robots-ninjas, zombies-piratas contra extraterrestres-diablos, etcétera. Me he prometido que hasta no ver a Steven Seagal contra Los Fantasmas Surfistas y a Chuck Norris vs. Los Diplodocus Virtuales, no abandonaré esta afición tan productiva e interesante, por más que le echen la culpa de una invasión alienígena del futuro a monjes zaristas asesinados hace noventa años, o digan que al Papa comunista lo mató la mafia siciliana con un capuccino envenenado, o que Jesús tuvo hijitos, o que en el 2065 se van a prohibir los besos.

*Silvana no es mi tía ni es Silvana, pero le decimos tía porque es una amiga de mi mamá. Y lo que dijo su marido fue en serio.
*Alfredo creo que sí se llama así, pero confío en que no entre a esta página.