HOY: Las buenas noticias

(INTERIOR, ANOCHECER DE PRIMAVERA, CHARLA TELEFÓNICA)

MAXI (*): -Contraje la soltería, amiga.
YO: -Aah… (Recordando a la ahora ex novia piensa si debe lamentarse o felicitarlo)
M: -Y nada, eso.
Y: -Bueno, che… la soltería nadie la contrae, no es una enfermedad.
M: -¿Vos decís?
Y: -No, por algo lo único que se contrae es el matrimonio, Maxi.


(Este escrito no está muy logrado, lo he releído y no hay caso; los argentinos no estamos acostumbrados a las buenas noticias. Cuando las hay, el diario nos dice que son malas, cuando nos cuenta las buenas, sospechamos que son nefastas… y así nos vamos convirtiendo en posmodernos.)
Pese a lo que acabo de contar antes del paréntesis -una FEA noticia, por supuesto, no soy tan mala persona como para alegrarme cuando un amigo se separa, más allá de que lo haya usado para hacer el chiste- he notado que mis amistades no me tienen confianza para confesarme sus momentos de debilidad anímica.
No, no. Por eso sólo me llaman o me ven para decirme “grabo un disco”, “saco un libro”, “me voy a vivir con mi novia”, “organizo un desfile”, “ascendimos a la C gracias a un gol mío”, “te traje esto de Noruega”, “me hice el book y ya me pagan por salir en culotte” y otras cosas positivas por el estilo. Y sino, de última, se me decantan por traumas juveniles o de la infancia ya superados, tales como “en primer grado, mi maestra de piano me tocó la cola”, “a los doce le prendí fuego a un galpón” (de esos hay dos por lo menos), “con mi hermano rompimos un vidrio en el juego de la copa” o “atropellé un pato con el auto”.
Cuando están mal se meten en la cama a hacer pozos de sábana amarga durante meses –yo también pero no importa- sin llamar ni contestarme, y la explicación es que “no da para una vez que te veo contarte estos bajones”, “no quise porque vos siempre estás contenta” o “no me dio porque cada vez que hablamos me invitás a una fiesta”. ¡Momento! ¿cómo que “siempre estoy contenta”? ¡si hay sábados que a las dos de la mañana estoy tarareando Dancing Queen en pantuflas con un cacho de pizza fría en la mano! O poniéndome hielo por algún porrazo que sufrí al desmayarme. O cosiendo medias, sincronizada con una amiga que vive a 1450 km. Y la última vez que me invitaron a una fiesta no debe haber estado tan buena porque no me la acuerdo, la verdad. De todas formas, los lectores de este blog –entelequias inasequibles cual hadas- ya quedan formalmente invitados a la próxima que habrá en casa, muchedumbrosa y a todo trapo, para celebrar que se termina este 2008 de #&ζ%$ξ#ф‡*¨∂פֿ#*#. La buena noticia es que habrá 3 (tres) gustos distintos de gelavodka. ¿No es fabulantástico? (...)
No, dejá, mejor no me contestes.


(*) Maxi es el nombre falso de un amigo que en realidad hace un montón que no lo veo, que seguramente no lee esto y que quizás ni siquiera esté en el país. Pero es así, en este blog los asteriscos mandan.

4 comentarios:

Hermana de SDU-7 dijo...

Baaah, yo no puedo ir. Ni siquiera sé dónde vivís, pero seguro que muy lejos.
Y yo no leo los diarios ni miro la tele por exactamente eso: los periodistas argentinos se la pasan diciendo malas noticias, o chusmerío barato tipo tinelli o rial.
Prefiero ser una desinformada.

Fran Galea dijo...

holaf quiero decir ante nada que esta frase me cautivó: “atropellé un pato con el auto”. Hay una referencia constante en toda mi filosofía a los patos, los enanos, y el indio tehuelche (el que poní muecas en las películas pro dictadura de lo s70s), también un poco de referencia a la risa de zapag, mario.
pd: a mi tampoco me cuenta la gente sus tristezas por que supongo que para que se sientan mejor hay que burlarse de ellos, así ven su problema minimizado, pero por lo general no funciona y pierdo un 45% de mis amigos.

Un helecho que dice la verdad dijo...

Hermana: A los que vienen de lejos les hacemos una cucha para que se echen a dormir, después se levantan y se van. Tenelo en cuenta. Para mí el único periodista creíble es Gonzalo en Los exitosos Pells, hasta que lo hacen salir en esas propagandas mal hechas.

Enano de tu botamanga: Lorena Paola, Sandro, el indio tehuelche, Sapag, ¿pertenecés acaso a la llamada "generación setentista"? No lo tomes a mal, pero sabé que Martín Caparrós está hablando porquerías sobre vos y tus amigos. Al menos sobre el 55% que te queda.

cacta dijo...

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las buenas noticias me abruman... por eso ni comento