HOY: El Síndrome del Avestruz

(INTERIOR, SÁBADO A LA NOCHE DE 1998, LIVING FAMILIAR)

PADRE: -(Observa con desaprobación mi vestimenta, sobre todo la miniatura de falda en color revulsivo y tela tornasol) ¿Quién te asesora, hija? ¿El gerente de Mecago Enlaelegancia?


Así como los avestruces y las urracas, yo me desboco y tiro a lo que destella. Por suerte no lo ingiero como los primeros, si bien lo llevo a mi nido como las segundas. Es cuestión de verlo y asirlo, no importa si se trata de una cartera, un par de zapatos, un cartel vial.
Mi amiga Giulana*, cuando caminábamos por Cabildo, me sugería “Mirá, Pili, esa vidriera tiene colores y cosas que brillan, crucemos” y yo le decía “¡Bueno, dale!” toda entusiasmada, y después resultaba que Giuli quería cruzar para comprarse un helado. Me engañaban como a una criatura. ¡Será posible!
De todas formas pude controlar un poco mi compulsión hacia los colores impactantes y objetos que titilan, logrando mantener a raya al llamado “Síndrome del Avestruz”, enfermedad también conocida como “Fiebre de la Urraca”.
Este problema está ligado a mi afectividad anclada en el limpiesciente (estructura psíquica de la limpieza); es que en realidad no limpio por pulcra sino porque ansío ver brillar todo, desde los muebles hasta los cromados de la heladera. A veces doy miedo.
En fin, creo que recibir críticas familiares durante la juventud fue provechoso, fortalecieron mi amor propio, cultivaron mi independencia y me afincaron de por vida, con orgullo, en un innato gusto grasa. En este momento, de seguro llevo puesta alguna bombacha con estrellitas rutilantes o dragones carmesí. Brindo por ello con esta medida de Fernet “Chabona-Pega más!”; por favor imaginen un vaso barato de latón plateado.


(*) Giuliana es el nombre falso de la amiga que me hacía ese tipo de trastadas. Fea la actitud.

6 comentarios:

La Criatura dijo...

Jaja ¡usted vive en un trip de ácido permanente!
lucecitas de colores...

Anónimo dijo...

She is like a rainbow..
canción para la pilis que quiero tanto..para cuando salís en las 12?

Mr Mojo Risin dijo...

Yo tengo un disco de Pink Floyd llamado Pulse que tiene una lucesita roja que titila. Por ahi te gustaría tenerlo.

Podes creer que mi viejo decía ese mismo chiste acerca de la elegancia. Seguro que antes era una frase popular.

Fran Galea dijo...

Todos cometemos errores. Una gorra resaltador naranja fluorecente fue el mio. Pero por lo visto lo tuyo no es error ocular, es inmoralidad de ojo. Es perdonada por mi y por Badía, que en su momento usó un traje medio metalizado, que hacía match con su micrófono. Por otro lado está bien romper con el monocromatismo macrista, auqne en tanto color también se reinvidica el menemismo.

Fran Galea dijo...

Ah esto: ¿Quién te asesora, hija? ¿El gerente de Mecago Enlaelegancia?, me hizo reir.

Un helecho que dice la verdad dijo...

Criatura: ¡Y eso que todavía no vio las medias y el can-can que me compré en el barrio chino!

Petite Lu: Creo que me faltan contactos para salir en las 12. Si bien es cierto que Oggi Junco y Wanda Nara se hicieron famosos de la nada, no estoy segura de querer seguir sus pasos...

Mojo Risin: Qué temerario al decírmelo, soy capaz de matar por menos. ¿Qué disco es?
Y sí, lo de "Mecago Enlaelegancia" salía mucho en los ´80. Mi papá también usa varios términos de Titanes en el Ring y de series clase B de aventuras en los sesenta.

Enano de la Botamanga: sí, tengo inmoralidad de ojo pero no soy María Magdalena para necesitar tu amnistía condescendiente. (Gesto iracundo con el puño en alto)Mi fe por el color es latinoamericanismo popular puro.

Me acuerdo con cariño del traje de Badía, era como de lamé lila ¿no? Casi-casi como el Profesor Montenegro, el astrólogo de la farándula. El Profe tenía ambos en rojo fuego con la imagen de una bola de espejos bordada en el bolsillo y corbatas estampadas con la Madre Teresa.

Te caería bien mi padre, no es de los que se quedan a ver qué tiene el coche mientras el mecánico lo arregla. Tenía un Renault 6 turquesa que en movimiento podías ver el asfalto pasando a toda velocidad bajo tus pies; cuando lo llevaba al taller decía "haga lo que pueda, jefe, la catramina no da para más" "Cómprese otra cosa, un usado.." -decía el mecánico- "ah, es que tengo sueldo de docente" contestaba mi papá.

Epílogo tranquilizador para quienes se preocupan por el magro presupuesto asignado a la Educación en nuestro país: Hace diez años se compró un Renault 9 casi sin uso. En noviembre del 2008 pasó los 100.000 km y lo vendió.