HOY: Presentación prolegómena


El helecho que lee se hizo blog y vegeta entre nosotros.

Holaholahelecho está muy bien y todo parece indicar que va a seguir existiendo, pero había un plantín que necesitaba nueva maceta, con menos foto y más letra.

Porque vivir sola está muy bien pero de hecho ya me estoy cansando de hablar con las plantas; a nivel personal eso debe haber influido en esta nueva publicación. Necesito expresarme. Sabrán entender, sabrán disculpar.

Averigüé que, por esas maravillas de la fonética, elhelechoquelee es un saludo vespertino en chino mandarín y una declaración de amor en quechua. (Y cuidado porque si lo decís cuatro veces en voz alta se muere un hada.) Está dirigido a todos aquellos que tienen Internet en su trabajo y no quieren trabajar, prefiriendo que eso quede en secreto. ¡Bienvenidos camaradas! El helecho que lee escribe para vosotros, y es mucho menos botón que el logo de YouTube, el tapiz verde del solitario y los tecleos de los jueguitos. En síntesis, estamos ante una burla más a la productividad.*

(El target también incluye desempleados que trasnochan, ex militantes de algo, oyentes de Aspen, insomnes, asesores estatales, compulsivos varios, gente que no se recibe porque no terminó la tesis, panaderos, etcétera.)

¿Se sentirá ofendido u ofuscado quien aparezca o aparente aparecer en estas inocentes crónicas? Sin duda que no, porque la sorna y la cháchara que embarazan esta prosa lo hacen en aras del llamado humorismo angélico, para entretenimiento de los dioses y dicha de los hombres.


(*) Aquello último es un aporte de María Natalia, mi amiga artista plástica a la que (¡paradojas del apodo!) para preservar su identidad no le cambié el nombre que le pusieron sus padres. Al humorismo angélico también le iba a poner un asterisco pero ya se sabe más o menos de quién es, y sino hay que leer Adán Buenosayres porque de ahí sale.