HOY: El trabajo

(INTERIOR, MEDIAMAÑANA, LOCAL DE ROPA DONDE TRABAJA ANDREA*)

ANDREA: -(Sabe que llega tarde y por ello pone cara de pollo llovido) Hoola…
EL JEFE: – (Irónico, la mira ingresar desde su cómodo puesto de cajero) ¡Buenas tardes querida!
A:-Ay, perdón, es que se me hizo tarde porque fui al Todomoda a comprar las cosas para decorar la vidriera y cuando estaba pagando, zas, entra una empanada gigante bailando breakdance y repartiendo volantes y yo no me podía ir porque no me daban el vuelto y la empanada tapaba toda la entrada y…
E.J.: -¡Pero claro! ¡Ayer era la polilla gigante en el depósito, ahora es una empanada, lo gigante son tus excusas! Acá se trabaja de otra manera, con gente pro-activa, entendés, porque (Le suena el celular y atiende).
EMPANADA GIGANTE: -(Voz distorsionada, como si proviniese de las profundidades de una gomaespuma) ¡HOLA A TODOS! ¡¡¿YA CONOCEN LA SUPER PROMO DE ONLYEMPANADAS*!!? (Baila) ¡Ahora mi secretaria les va a regalar empanadas a todos! ¡Hasta al jefe! (Hace el pasito de la caminata lunar que popularizara Michael Jackson años atrás, impidiendo toda transacción en el local e incluso el intercambio visual entre empleadas y clientas. Causa caos durante un cuarto de hora. La promotora que lo secunda reparte dos docenas de alimento.)
E.J.: -(Muerde una empanada de carne suave, mira a Andrea que sonríe triunfante degustando una de jamón y queso, llama al cadete) Danielito, andá al chino y traete un raid para la polilla del depósito, no vaya a ser que nos joda los chalecos que entran hoy.



En vísperas del Primero de Mayo, una clienta le preguntó a Andrea si al día siguiente trabajarían. Y ella, con una entonación altamente sindical, mirando de reojo a su empleador, se manifestó: “CARAMBA, ESPERO QUE NO, SEÑORA.” Esa anécdota, sumada a algunos comentarios de una amiga que trabaja de moza en un restaurante fino y está harta de que los comensales la llamen chistándola como a un perro faldero, han motivado estas líneas.
Hay un bello dicho popular que sugiere que “si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos”. Hoy en día, en virtud de las condiciones laborales en las que nos empantanamos cada vez más, el trabajo te sonsaca la salud (física, mental y económica). Los que están en call-centers, los que se han macdonalizado y los que soportan trajines abogadiles en estudios jurídicos, por ejemplo, están hechos unos enfermos. Para qué hablar de las empanadas danzantes o los hombres-revista de los semáforos.
Luego de haber trabajado, y por lo tanto, de permanecer embretada entre clientes y jefes durante bastante tiempo, he comprobado que la frase “el cliente siempre tiene la razón” es una falacia grande, grande como la evasión de impuestos y la tasa de explotación. El que siempre tiene la razón es el jefe. Después del jefe, la secretaria del jefe (digamos, “la favorita del rey”), después, la mujer del jefe, o la hija, o el hijo, o el padre. Mucho más atrás, vienen los clientes. Los empleados no, nunca, jamás, ni por asomo, tenemos razón. Acostumbrarse a esa irracionalidad es duro.
Algunos jefes, para darse corte, te hacen el verso de comentarte en la entrevista que “esto es una gran familia”. Pero la familia no es una institución democrática. No sé si se dieron cuenta. A mí me obligaron, y desde pequeñita. Pero no importa.
De todas formas, en el trabajo se aprenden muchas cosas. Yo, por ejemplo, si hay algo que aprendí trabajando es que es mucho mejor vivir de rentas. Y si eso no se puede, es preferible ser dueño. Y no me refiero a “ser independiente”, no. Ser D·U·E·Ñ·O. El setenta por ciento de los beneficios de ser jefe reside en tener empleados a quien doblegar. De veras. Porque, ¿han visto, queridos lectores, a esos sujetos engrupidos hasta la locura, que afirman “yo soy mi propio jefe” de lo más cocoritos? Bueno, esta gente omite decir que en realidad son sus propios empleados, lo cual es gravísimo: ser mi propia empleada con una jefa como yo, se volvería un calvario terrible.



(*) Andrea no existe, ni para el blog ni para la AFIP ni para el ANSES, porque está en negro.
(*) Onlyempanadas es el seudónimo extranjero de otra empresa que ridiculiza a sus empleados, como la heladería que obligaba a los deliveriesboys que andaban en moto a usar gorro y barba de Papá Noel en diciembre, con 40°C.

5 comentarios:

cacta dijo...

.

eeee...

¿hola?

Anónimo dijo...

hay ausencias en la blogsfera!!! pilis regresa !! bueno en fin se q estas a full con los tps d la facu! espero que andes bien, hablemos un besooo

Un helecho que dice la verdad dijo...

es verdad! me tomé el 1 de mayo atrasado jajaja!
un beso muchachas!
gracias por el calor de tribuna que siempre aportan!
las quiero

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cacta dijo...

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que hace mi foto ahi!?
es cierta la anécdota de la polilla?
que hago festejando el dia del trabajador el 30 de mayo!?

Un helecho que dice la verdad dijo...

1) estaba en mi computadora
...
2)sí, según Halcona y sus propios parámetros para juzgar "gigante" a una polilla
...
3)estás trabajando tanto que llegaste un mes más tarde a la celebración, lo bueno es que el 31 de mayo fue el Día Mundial de los Loros, y pudiste enganchar ambas farras.