HOY: Los mentados estereotipos

(INTERIOR, NOCHE DE ALMAGRO, PIZZA CON AMIGO ARISTOCÁUSTICO)

VITO*: -Vos, así, tenés un montón de cosas de cheta, ¿entendés? Y está bien, porque no hay tipos puros, es todo una mezcla, la verdad está en el gris.
YO: -(…) (Está de acuerdo pero no quiere dar el brazo a torcer, y se distrae pensando que el gris, en efecto, es el color de la temporada) ¿Y yo qué tengo de cheta, a ver?
V.: -Y…(Dubitativo y certero) las uñas pintadas, ponele, y francamente, tu manera de niña bien para comer las aceitunas…ejem…
Y.: -(Voz en off) Inocente, ¡si me viera tomando vino en caja!


Las charlas con el entrañable Vito -"el aristócrata"- suelen conducir a reduccionismos simplones, como afirmar que soy cheta por las uñas que tengo, o que él es un pibe de barrio porque juega al fútbol y no se corta el pelo. Sin embargo, hemos visto que abjura de la generalización y anatematiza el tipo puro, así que no me la voy a agarrar con él desde esta cobarde trinchera de elhelecho. Es más, ahora mismo tomaré el charango de la Ira y la quena de la Indignación para cantarle las cuarenta a BESTIARIA. Disculpen por componer este libelo en segunda persona y ubicar mis notas en el más panfletario de los pentagramas, señores lectores, pero la Vergüenza está atacando con villancicos de ariete a la Navidad de mi conciencia. (Tose)
En plena posmodernidad, asumir clara y ciegamente que algo no nos gusta, equivale a afirmar que tenemos algo en claro, aunque más no sea un desagrado de morondanga. Y por qué no, casi-casi asumir un esquema de valores, un regreso al Templo de lo Axiológico, al Árbol del Bien y del Mal y otros lugares cada vez menos comunes. Peor aún si hablamos de lo bueno y lo malo en blogs, virtualismos donde el “todo vale” reina diletante mientras se hace las uñas y afila las garras.
Bestiaria es un blog que pueden visitar –preferentemente con el estómago vacío- a pasitos de aquí. Antes que suene el gong de la pelea quiero aclarar que no es nada personal, señora Bestiaria, por lo que leí, usted se ha hecho feliz escribiendo, mi enhorabuena pues. Y es más, yo no digo que lo suyo sea malo, de hecho, no digo que todo es malo, sino que todo es peligroso. Así que no diré que Bestiaria sea malo, sólo es aburrido, regordete de generalizaciones berretas y ubérrimo en estereotipos sin gracia.
A esto que hago le cabe una metáfora fraguada por un conocido mío: es como si un hincha de Lanús le tirara un piedrazo él solito a toda la barrabrava de Boca. Sí, muy bien. Es verdad, porque usted ya sacó un libro, es famosa, gana dinero con el blog, e incluso paga con rebaja su conexión a Internet; yo soy una chirusa y me leen dos gatos locos. Eso no impide que le diga que escribe fiero, doña.

En primer lugar, ¡sus generalizaciones! ese vademécum de estereotipos inhallables que sólo las opas y miopes tropas de lo Obvio acostumbran ver. La realidad es compacta, señora, compleja, dura como un coco, y sólo el aguzado machete de la sutileza puede quebrarla, desplegarla, explicarla, sacarle el jugo y ver lo rica que es. Aunque hagamos notas de costumbres. Aunque sea desde un blog. Aunque chirusa.

En segundo lugar, le cederé la palabra:
“No tengo que aclarar lo contenta que me pone ser parte de Crítica y todo eso, porque me imaginarían feliz y es algo que no quiero. Yo nunca estoy bien. Soy pesimista: vivo para quejarme y para protestar. No puedo remediarlo. A diferencia del resto del mundo, yo nunca pienso en vasos medios llenos o vasos medios vacíos, yo pienso que el vaso tiene vida, y que me quiere matar.”
Yo creo que si el vaso cumpliera su cometido, habría algunas pavadas de menos en la Internet. Y disculpe que la baje de sus mullidas nubes malaonda estilo neoyorkino, pero hace treinta años que el pesimismo no es fértil, mujer. No hay que decir que todo es malo, porque ahí la meta es la apatía. Repito, yo no digo que todo es malo, digo que todo es peligroso, no propongo el pesimismo sino un militantismo pesimista. Esto lo decía un tipo la mar de óptimo, a quien describiré como un puto que murió de sida*, para caer yo también en el barranco de la generalización y el cliché, y ver qué se siente. (Le agarra una patada al hígado y corre a por un boldo) (Vuelve) Otra cosa que no entiendo es la gente orgullosa de los defectos, que pasean su mal temperamento como si de carácter con pedigree se tratara.

En tercer lugar, para mí, la forma es contenido. ¡Pardiez! He estado en desiertos reales y literarios, pero árido y pretencioso como el suyo, pocos. Créame. Siémbrele un retruécano, o un oxímoron de secundaria al menos, para alegrar los ojos que se agobian entre tanto arquetipo de dos con cincuenta. Cuélele una metáfora, píquele algunas comas en juliana, no sé, improvise. Mire Arlt, describiendo al hombre de la silla en la vereda, qué despliegue exacto, qué prosa aceitada, qué afinación y balanceo en la ironía. La suya, señora, tiene el calibre de un misil tierra/aire con la puntería de una catapulta medieval. Le aseguro, es puro impacto, poco blanco, amplio margen de error, trazo brocha gorda, daño colateral a la inteligencia. Y perdone, pero el gramaje de la sofisticación de su prosa no llega al uno.

Parece que me he ensañado, pero no, ya lo dije, es la Santa Indignación la que promovió esta hoguera. Mi auto de fe reside en las mujeres, en esa surreal complejidad que las viste, en esa fuerza para cambiar lo que no va en vez de rubricarlo con la queja, en esa capacidad de amamantar las revoluciones silenciosas. Esas revueltas lentas y violentas en su paz, de adentro de la cabeza, de las mentalidades, que toman los invernales palacios del prejuicio y dan vuelta las bastillas del estándar.
Señora, soy la flaca que no engorda por más facturas que le pinten, soy la que odia cocinar y se manda ese “Pastel Niágara” de ahí arriba cuando cumple una amiga, soy la que presenta sus desgracias como si las provocara ella misma para tener algo que contar, soy la que come chori al paso con las uñas pintaditas, soy la que combina la cartera con los zapatos y soy la que se tiñe los zapatos para que le combinen con la cartera, soy la que saca buenas notas por un mal de amores, soy la que se sabe de pe a pa el último corte de Néstor en Bloque. Y somos la que cose medias y piensa en la Bienal de San Pablo en una veterinaria, la que se recibe en Comunicación en la UBA y tira el currículum en MTV, la que toca la guitarra y lee poemas pero no se resigna a salir con “intelectuales compungidos”, la que va con las compras –un pollo y sus interiores- a las asambleas estudiantiles, la que vive al día en una pensión hippie y conoce lo último de Dior y Cavalli, la que adopta un conejo por ternura, recriminándolo con insultos irreproducibles cuando orina su ropa, y así hasta el infinito. Las mujeres ciertas son inclasificables, y si bien no caben en las casillas, usted las saca de ellas.
No quise ser el gusano que desangra amargas babas sobre la roja manzana de su feminismo pesimista; fue un accidente. Esto no tuvo la intención de ser una crítica -por más que le quepa el sayo- porque la crítica es una cucarda que a veces condecora cabos creyéndolos coroneles. Como epílogo, señora, a contrario de lo que usted afirma en una entrevista, yo no quiero ganar plata con mi blog. Para ganar plata, trabajo; soy secretaria de una astróloga: robo honradamente.


(*) Vito se me ocurrió por Corleone, aunque como nombre falso también estaba Vittorio, por Gassman, o Vincent, por V. Gogh, que cuadraba por artista, y Victorino, por De la Plaza, un aristócrata de aquellos.

(*) Conocido en ciertos círculos como “Michel Foucault”; colega y compatriota del otro que decía que la realidad es compacta y compleja.

13 comentarios:

Un helecho que dice la verdad dijo...

Para la gente que carece de tiempo de lectura, para las mujeres prácticas que no se van a perder en tanto palabrerío mío, para los quemadores de etapas, un resumen del largo post que, de puro sintético, no me atreví a poner en la superficie del blog:

¡BESTIARIA Y LA MADRE QUE TE PARIÓ! NO ME GUSTA ESE BLOG, NO.

(...)

Ahí va otro sopapo al experto en marketing que supone que a una mujer de "mi perfil" le parece "progre" semejante blog.
¡Juira, experto!
Conste que si vuelve con CQC bajo el brazo, la emprendo a carterazo limpio.

Fernando dijo...

Menos mal que agregaste este comentario... No me había enterado de casi nada...

Tu tontísimo pero confeso admirador.

Un helecho que dice la verdad dijo...

Se ve que mi escritura siempre estará tironeada entre las ventajas de la síntesis y el vértigo de lo barroco.

(...)

Soy de las que necesitan hablar mucho para existir.

Un helecho que dice la verdad dijo...

¡Gracias, Fernando!

chani dijo...

uy.. tuve la suerte/oportunidad de que estas experiencias vívidas hayan llegado hasta mi como sonidos. Ahora lo leí, algo mas querias decir.. besos!

Un helecho que dice la verdad dijo...

¿Por qué siempre suena a que Chawnee está delirando como Paolo el Rockero?

Se ve que le proyectamos nuestros prejuicios a sus comentarios.

chani dijo...

ah de ser por el "uy" del principio..
igual "no me lo merezco"1

.... mmm .. hay tanto material para desperdigar por las fauces del entramado interno de esto que han denominado las poderosas corporaciones fetichista del mundo.. internet

1. Célebre frase de conocida cantautora chimbera.

cacta dijo...

¿Por qué siempre suena a que Chawnee está drogada cuando escribe?

cacta dijo...

.

Siento el agrado de no pertenecer a un grupo tipo...




Tampoco a un grupo de tipos, claro está, porque eso ya es cualquiera...

chani dijo...

cacto por favor.. usted no conoce ni el olor de la albahaca

Un helecho que dice la verdad dijo...

Que las plantas sean unidas es la ley primera; de todas formas en el Jardín del Señor hay espacio suficiente para no tener que engrupar a cactus, helechos y chawnees sativas en la misma maceta.

(...)

Soy tan profunda. (...)


Antes de terminar este post de paz social y antiestereotipo en los vegetales, quiero hacer un descargo; le mandé un mail a la dueña de www.bestiaria.blogspot.com para decirle que la había criticado, dándole la página del helecho.
Y me contestó "Gracias!"; de lo cual deduzco que, o bien no lee entre líneas, o no es tan pesimista como se cree. Notorio; ambas conclusiones la dejan mal parada.

Paz Tyche dijo...

uhhhh recien leo esto, llego tarde a todo tus posts

a mi me gustaba bestiaria una vez al mes

ahora hace bocha q no la leo

y no pienso volver

ahora que me sacaste el velo y me hiciste ver lo mal que nos hace

guacha arquetipificadora!

(y eso que no sabías que soy feminista y trabajaba para playboy)

Un helecho que dice la verdad dijo...

¡Ohhh, pazty! Yo también llego tarde a mis posts, y también a los comments, por lo que veo.

Trabajabas para Playboy y eras feminista.. ¿ves? ¡Los estereotipos no existen! ¡Son como los duendes! No existen...sólo que dan mucho que hablar.